Sin embargo, las necesidades de cuantificación se extienden y requieren un mayor rigor en la descripción numérica cuando Egipto establece, gracias a un gobierno centralizado, una burocracia destinada a la administración de los bienes. De esta forma, se hace necesario precisar el número de hombres disponibles mediante un censo, las provisiones a llevar en cualquier expedición militar o comercial, la extensión de las superficies de cultivo, la productividad de las mismas, las tasas que se imponen al campesinado. Del mismo modo se hace necesario guardar la cosecha, llevar un inventario del grano disponible, de la capacidad de los graneros que lo albergan. En suma, un conjunto de situaciones administrativas que están en la base, por medio de la contabilidad oportuna, de un uso generalizado del número como expresión escrita de la cuantificación realizada.
A pesar de que estas necesidades hagan de la cuantificación y su expresión posterior una actividad cotidiana entre los escribas, existen otras que se relacionan bien con el culto, bien con la necesidad de glorificar el poder del faraón. Así, en el culto resultaba necesario precisar por escrito la cantidad de ofrendas que se debían presentar en la tumba del fallecido:
Una ofrenda que el rey da y Osiris, señor de Busiris; una voz-ofrenda a Neferyu. 1000 libaciones de agua y pan, 1000 cervezas, 1000 de carne, ave y gacelas, 1000 oryx, 1000 alabastros, 1000 ropas, 1000 de todas las cosas buenas para el Neferyu honrado
Además, la glorificación del faraón en estelas y monumentos debía mencionar sus posesiones, sus conquistas. En la maza del rey Narmer ya se menciona un importante botín, que se mencionará en la siguiente pregunta, pero esta necesidad de cuantificación se expresa en los mismos términos en el templo de Karnak para describir el botín obtenido por Tutmosis III en la ciudad asiática de Meggido:
340 prisioneros vivos; 83 manos; 2401 caballos, 191 yeguas, 6 sementales... 892 carros que habían pertenecido a su ejército
¿Qué símbolos jeroglíficos utilizaron?
Así, 246 describe hoy la existencia de seis unidades, cuatro decenas y dos centenas. En la forma numérica egipcia la unidad se repetiría seis veces, el símbolo de la decena se repetiría cuatro veces y aparecerían dos signos de la centena. Esta forma aditiva de numeración implicaba el uso de un conjunto de símbolos jeroglíficos, como se ha comentado, para describir un elemento de cada grupo (una unidad, una decena, una centena, etc.).
- La unidad se representa por una barra vertical, como en otras culturas de la Antigüedad.
- La decena (una U invertida) puede representar la cuerda que sirviese antiguamente para atar diez manojos de palos.
- La centena (una espiral) es un símbolo de una cuerda, material fundamental para la realización de las medidas de un campo.
- El millar (una flor de loto) muestra la más abundante flor acuática que crecía en la orilla del Nilo.
- La decena de millar (un dedo levantado y algo flexionado) recuerda los conteos manuales que se realizaban en todas las culturas antiguas.
- La centena de millar (un renacuajo), al igual que la flor de loto, recoge un símbolo de un elemento muy abundante en el río.
- El millón (un hombre arrodillado con los brazos hacia arriba) puede representar tanto el gesto de un hombre asustado ante la inmensidad de las estrellas del cielo o sujetando la bóveda celeste.
¿Cómo escribieron grandes números?
Posiblemente la maza del rey Narmer sea el primer testimonio numérico en la historia egipcia. En su parte inferior aparecen algunos animales con símbolos numéricos bajo ellos. Así, al toro le acompañan las figuras de cuatro renacuajos mientras que bajo una cabra se muestran cuatro figuras como las anteriores junto a dos dedos flexionados, un hombre extendiendo los brazos y dos flores de loto. En otras palabras y tras el examen anterior de los símbolos numéricos, 400.000 toros y 1.422.000 cabras. De igual modo, en una estatua del rey Jasejem encontrada en Hierakómpolis han de describirse los 47.209 enemigos muertos por el faraón.
Inicialmente, estas cantidades parecen haberse dibujado desordenadamente pero muy pronto se empezaron a escribir de derecha a izquierda y desde las de mayor valor a las de menor (es decir, en el mismo orden pero en sentido contrario del nuestro occidental). Al ser de carácter aditivo y presentarse las unidades de distinto orden como claramente reconocibles resulta, en todo caso, indistinto el orden empleado. En efecto, cuatro unidades (4 trazos verticales) y tres decenas (3 U invertidas) pueden mostrarse en el orden que se quiera. Siempre representarán las mismas cantidades.
En líneas generales, se puede afirmar del sistema de numeración egipcio, sistema que permite la descripción de grandes cantidades, que sus principales características son:
Inicialmente, estas cantidades parecen haberse dibujado desordenadamente pero muy pronto se empezaron a escribir de derecha a izquierda y desde las de mayor valor a las de menor (es decir, en el mismo orden pero en sentido contrario del nuestro occidental). Al ser de carácter aditivo y presentarse las unidades de distinto orden como claramente reconocibles resulta, en todo caso, indistinto el orden empleado. En efecto, cuatro unidades (4 trazos verticales) y tres decenas (3 U invertidas) pueden mostrarse en el orden que se quiera. Siempre representarán las mismas cantidades.
En líneas generales, se puede afirmar del sistema de numeración egipcio, sistema que permite la descripción de grandes cantidades, que sus principales características son:
- Es un sistema decimal que dispone de símbolos específicos para las unidades del mismo orden.
- Es aditivo dentro de cada unidad.
- No conoce el valor de posición, ya que cada símbolo representa la cantidad asociada al mismo independientemente del orden en que aparezca.
- No tiene símbolo para el cero, por cuanto no hay necesidad de representar la ausencia de unidades en un orden determinado.
¿Qué símbolos hieráticos emplearon?
El lenguaje jeroglífico era de difícil ejecución limitándose desde los primeros tiempos de la historia egipcia a los textos sagrados, ofrendas e invocaciones propias del culto. La naturaleza de estos escritos, fundamentalmente religiosa, se asociaba al elemento sobre el que escribir: las paredes de piedra de los templos y las tumbas, así como las estelas. Sin embargo, el uso administrativo común requería de una mayor facilidad de realización de escritos. En ocasiones se utilizaban trozos de cerámica o piedras aplanadas (los ostraca) pero éste era un material precindible, un material en el que establecer un acuerdo concreto, unas cuentas provisionales.
De forma general los escribas de la administración egipcia usaron como material donde escribir el papiro, una planta que crecía abundantemente en el Delta del Nilo y cuyo tallo, tratado adecuadamente, daba lugar a unas extensiones flexibles de superficie vegetal donde se podía escribir mediante un junco de punta suavizada y utilizando una tinta lograda por la mezcla de hollín y otros pigmentos minerales con el agua.
Estas herramientas permitieron un trazado flexible y cursivo de los símbolos que dieron paso, desde los primeros tiempos dinásticos, a la escritura hierática. Dentro de ella se conformaron los símbolos numéricos que respondían, salvo en un detalle, al esquema numérico que se ha tratado en preguntas anteriores. La cuestión diferente respecto a la numeración jeroglífica consiste en la aparición de abreviaturas para denotar un número concreto de unidades. Así, hasta el cuatro se conservan tantos trazos rectos como indica la cantidad pero el cinco introduce, no otros tantos trazos rectos, sino uno largo y dos cortos. Algo semejante pasará en otras cantidades como el siete, el ocho o el nueve. Algo semejante sucede en las decenas. De este modo, se eludía en la práctica el trazado exhaustivo de tantos elementos como cantidades hubiera en un orden determinado. Con ello, una cantidad como 2.959, que requería 25 signos en jeroglífico se reducía solamente a cinco en el hierático.
Al no contar con el valor posicional de las cifras, una desventaja de este procedimiento de escritura numérica hierática es el hecho de que multiplicaba el número de símbolos que el escriba tenía que aprender. De este modo, para escribir un número de cuatro cifras, el escriba debía memorizar cuatro símbolos diferentes en jeroglífico que se transformaban en 36 en el hierático (9 símbolos diferentes para cada orden de unidades).
De forma general los escribas de la administración egipcia usaron como material donde escribir el papiro, una planta que crecía abundantemente en el Delta del Nilo y cuyo tallo, tratado adecuadamente, daba lugar a unas extensiones flexibles de superficie vegetal donde se podía escribir mediante un junco de punta suavizada y utilizando una tinta lograda por la mezcla de hollín y otros pigmentos minerales con el agua.
Estas herramientas permitieron un trazado flexible y cursivo de los símbolos que dieron paso, desde los primeros tiempos dinásticos, a la escritura hierática. Dentro de ella se conformaron los símbolos numéricos que respondían, salvo en un detalle, al esquema numérico que se ha tratado en preguntas anteriores. La cuestión diferente respecto a la numeración jeroglífica consiste en la aparición de abreviaturas para denotar un número concreto de unidades. Así, hasta el cuatro se conservan tantos trazos rectos como indica la cantidad pero el cinco introduce, no otros tantos trazos rectos, sino uno largo y dos cortos. Algo semejante pasará en otras cantidades como el siete, el ocho o el nueve. Algo semejante sucede en las decenas. De este modo, se eludía en la práctica el trazado exhaustivo de tantos elementos como cantidades hubiera en un orden determinado. Con ello, una cantidad como 2.959, que requería 25 signos en jeroglífico se reducía solamente a cinco en el hierático.
Al no contar con el valor posicional de las cifras, una desventaja de este procedimiento de escritura numérica hierática es el hecho de que multiplicaba el número de símbolos que el escriba tenía que aprender. De este modo, para escribir un número de cuatro cifras, el escriba debía memorizar cuatro símbolos diferentes en jeroglífico que se transformaban en 36 en el hierático (9 símbolos diferentes para cada orden de unidades).
TOMADO DE:http://personal.us.es/cmaza/egipto/aritmetica1.htm
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